El 9 de octubre se reconoció en el día clásico al programa “Qirisia Qawai, diálogo de saberes desde lo transdisciplinar e intercultural con pueblos originarios y diásporas étnicas” en la categoría oro de Presencia de la Universidad en la sociedad.
Este un programa de prácticas sociojurídico en el que participan estudiantes de Derecho y de Ciencia Política de la Facultad.
Este programa, que inicialmente surgió en 2014 con la idea de ser un Consultorio Jurídico Rural en el Resguardo indígena de San Lorenzo (Riosucio-Caldas) a petición de la misma comunidad, se convirtió en un programa Sociojurídico, pensando en trascender lo jurídico y participar en otros procesos con el resguardo vinculando extensión, docencia e investigación.
“Inicialmente el trabajo estuvo enfocado a la atención individual de los comuneros y en formación jurídica básica, posteriormente fue creciendo en número de estudiantes y de asesores dado que la dinámica del cabildo mostró la necesidad de avanzar en otros aspectos más allá del plano individual hacia lo colectivo. Dicha dinámica generó que se propusiera darle un nombre a la práctica, de tal forma que abarcara otras miradas y disciplinas, permitiéndoles a los estudiantes de ciencia política hacer parte activa del proceso de San Lorenzo. De allí nace Quirisia”, relata Carlos Mario Calvo, egresado de la Facultad y promotor del programa.
De esta manera comenzó Qirisia Qawai con el fin de lograr para la comunidad la salvaguarda, reconocimiento e identificación de sus usos y costumbres, así como el conocimiento de sus derechos y garantías a través del derecho constitucional y la justicia ordinaria; y lograr en los estudiantes de la Facultad un mayor conocimiento de la jurisdicción especial indígena, de nuevas visiones de justicia y de la política, del derecho y de los conceptos como identidad cultural indígena, género y desarrollo, gobernabilidad indígena, sujetos de especial protección, enfoque diferencial, entre otros.
“Estamos muy contentos porque ya vamos en el séptimo ciclo, vamos a ajustar cuatro años en esta relación que ha propiciado un crecimiento para ambas partes, tanto para la Facultad como para la comunidad integrante del Cabildo. Muchas personas que de pronto no conocen cómo ha sido la génesis de este proceso pueden llegar a concluir que lo que hace la Universidad en el Resguardo es instruir a nuestros consejeros y líderes para que desarrollen, por ejemplo, un debido proceso ordinario y procedimientos en distintas ramas del derecho y el ordenamiento jurídico colombiano; pero precisamente como la génesis es de la comunidad hacia la universidad, la comunidad en ese momento tenía claro que con relación a los procesos organizativos, culturales, autónomos de gobierno propio no íbamos realmente a recibir una asesoría sino a compartir, y que en aquellos procesos que se relacionaban con el ordenamiento jurídico colombiano, especialmente con las competencias y funciones de las distintas entidades, la Facultad es una aliada estratégica, porque nos puede hacer esa ilustración”, explica Norman David Bañol Álvarez , gobernador del resguardo indígena San Lorenzo.
De esta manera, señala José Heriberto Gañan Betancur cabildante del Resguardo, que “ha habido un respeto a esa interculturalidad, y en el caso de los procesos de aplicación de justicia propia entre lo que hacemos nosotros dentro de nuestras costumbres, porque muchas cosas no están escritas, y lo que tiene la normatividad a nivel de justicia. Inicialmente nosotros no aplicamos nada de lo ordinario, sino la propia, pero hay muchos casos que se dan el resguardo donde se tiene que intervenir con la justicia ordinaria, y en ese sentido la presencia del consultorio ha sido muy importante en el caso de algunas demandas y tutelas yo creo que ha sido muy importante”.
Con este reconocimiento que hace la Universidad a este programa, se continuará con la ideología de posibilitar espacios de integración entre los estudiantes y el Resguardo indígena de San Lorenzo, propiciando un diálogo intercultural y transdisciplinar de saberes, y de aprendizaje, formación y praxis socio-jurídica; así como el objetivo de potenciar tanto las reflexiones de la práctica desde los saberes propios como las disciplinas en las que estén realizando su proceso de formación cada uno de los estudiantes matriculados en la práctica; potenciando el espacio no solo como un lugar de trabajo compartido entre la comunidad y la universidad desde el derecho y la ciencia política sino a partir de los lazos que se tejen entre conocimiento y vida cotidiana.
“La academia no se puede dedicar a realizar investigación o solución de problemáticas de la sociedad desde las aulas de clase, considero que es con las comunidades la forma adecuada de investigar y aportar en la solución de los problemas. Considero que la facultad y el consultorio han comprendido que esta es la forma de avanzar con la academia, a través de actos y procesos que realmente generan impacto en la sociedad y comunidad indígena”, concluye Carlos Mario Calvo.
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