Opinión: Paro, movilización social y violencia policial

 Por: Juan Pablo Acosta Navas. Docente, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas UdeA

«... Ante la música, el baile, y en general, el carnaval popular que suponen las recientes movilizaciones ciudadanas pacíficas y alegres, la policía y el ESMAD se sienten intimidados por el arte y responden con bolillo, gas y plomo...»





El jurista italiano Luigi Ferrajoli recuerda que el único propósito de las armas de fuego es matar[1] por lo cual aboga por su destrucción, prohibición total de su comercio y el desmonte de las empresas que las fabrican[2].

Desde el 28 de abril de 2021 con el inicio del Paro Nacional se ha exacerbado la brutalidad policial en contra de los manifestantes, violencia que siempre ha estado presente, pero que se acentúa en cada tanto ante expresiones ciudadanas pacíficas de movilización y de protesta por la escandalosa desigualdad, las masacres, el exterminio sistemático de líderes y lideresas sociales, la aniquilación de los firmantes de la paz, y un doloroso etcétera.

Desde el 28A hasta el 3 de mayo al mediodía la ONG Temblores documentó 1181 casos de violencia policial en el país, 761 detenciones arbitrarias, 56 desapariciones de manifestantes, 56 casos de disparos indiscriminados con arma de fuego, 17 víctimas de agresiones oculares y 9 víctimas de violencia sexual[3], a ello falta sumarle la brutalidad policial evidenciada en distintos registros ciudadanos en la tarde y noche del 3 de mayo.

Ante la música, el baile, y en general, el carnaval popular que suponen las recientes movilizaciones ciudadanas pacíficas y alegres, la policía y el ESMAD se sienten intimidados por el arte y responden con bolillo, gas y plomo.

Mientras nuestros jóvenes son masacrados o desaparecidos en las calles por ejercer el derecho fundamental a la protesta social consagrado en el artículo 37 de la Constitución —y que no puede prohibirse ni siquiera en estados de excepción como lo ha reconocido la Corte Constitucional[4]— algunos se preocupan por las paredes pintadas, los vidrios quebrados o los atascos en las vías.

Desde las Naciones Unidas hasta diversas ONG han denunciado el uso excesivo de la fuerza, la violencia física, sexual y verbal que han desplegado contra manifestantes, incluidos niños, niñas y mujeres, los disparos indiscriminados por parte de miembros de la Policía Nacional y el desconocimiento de los protocolos nacionales y las normas internacionales que regulan el uso de armas de fuego, se suma la represión por parte del ESMAD quienes disparan sus “armas menos letales” a quemarropa a los marchantes, y que continúan dispersando las movilizaciones con gases lacrimógenos considerado un arma química[5], armas que paradójicamente están prohibidas en los conflictos armados[6] pero se utilizan para reprimir de manera brutal las manifestaciones pacíficas.

No menos aterrador es el llamado del presidente Iván Duque a militarizar las ciudades bajo la figura de “asistencia militar”, contenida en el artículo 170 del Código de Policía, y que, a pesar del rechazo mediático de los alcaldes de las principales ciudades del país, se ha evidenciado la presencia del ejército en varias de ellas.

Aunque parezca una obviedad, las fuerzas militares en cualquier país del planeta están entrenadas para matar, su función continua de combate —máxime en un país con un conflicto armado de vieja data como el nuestro— les imposibilita ver al marchante, al manifestante, al estudiante o al artista como un ciudadano, lo ven como el enemigo y por ello, volviendo a Ferrajoli, los fusiles que portan no pueden entenderlos con otro propósito que el exterminio del ciudadano, para ellos un enemigo, propiciando un escenario macabro para violaciones masivas a los derechos humanos[7]. La masacre en las calles de nuestros jóvenes se acentuará hasta que no se desmilitaricen las ciudades y se prohíba la presencia del ESMAD.

Ante un panorama un tanto desolador, solo resta continuar en las calles exigiendo condiciones dignas para vivir en Colombia, por el derecho a la salud, a la educación, al trabajo y a la renta básica, por un país democrático y menos autoritario donde ser joven y manifestarse en las calles no se convierta en una sentencia de muerte. ¡Que el paro siga!

PD: A quienes marchan, o a quienes por alguna razón deben permanecer en sus casas, se les invita a tener presente la Ruta de Protección de Derechos y Garantías de la Movilización Social —elaborada por algunos docentes de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas— para denunciar detenciones arbitrarias, violencia policial y otras situaciones de abusos de la fuerza pública que eviten mayores violaciones de derechos humanos: http://bit.ly/RutaMovilización

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Referencias bibliográficas

[1] Ferrajoli, L. (2007). Principia iuris. Teoría del derecho y de la democracia Vol. 1. Teoría del Derecho. Trotta.

[2] Ferrajoli, L. (2013). “La pacificación es un presupuesto de la construcción de un Estado de Derecho.” Ámbito Jurídico. https://www.ambitojuridico.com/noticias/educacion-y-cultura/luigi-ferrajoli-la-pacificacion-es-un-presupuesto-de-la-construccion

[3] Temblores ONG. (2021, mayo 3). Violencia policial entre el 28 de abril y el 3 de mayo. https://twitter.com/TembloresOng/status/1389327457250156545

[4]  Sentencias de la Corte Constitucional: C-009 de 2018; C-742 de 2012; C-024 de 1994; T-456 de 1992.

[5] Gases lacrimógenos: ¿qué son y cuáles son las consecuencias de estar expuesto a ellos? (2020) Periódico UNAL. (4 de diciembre). Disponible: https://unperiodico.unal.edu.co/pages/detail/gases-lacrimogenos-que-son-y-cuales-son-las-consecuencias-de-estar-expuesto-a-ellos/

[6] Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción. Colombia firmó el tratado en 1993 y entró en vigor en 2000.

[7] Incluso la Corporación de Veteranos por Colombia reconocen el despropósito que supone desplegar al ejército en las calles de las ciudades: "Nuestro rechazo se fundamenta en que, como exmilitares, conocemos las capacidades y debilidades de nuestra Fuerza Pública y sabemos de antemano que nuestros soldados están entrenados y armados para el combate rural subersivo y no para contener la protesta social, lo cual puede ser determinante en la violación de los Derechos Humanos". Disponible: https://www.justiciaypazcolombia.com/comunicado-de-la-organizacion-de-militares-en-reserva-veteranos-por-colombia-contra-al-mandato-de-asistencia-militar-ordenado-por-el-presidente-ivan-duque/


Notas:

1. Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.

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