Prácticas ya cuentan como experiencia laboral

Fotografía de referencia: estudiantes UdeA que hicieron
 parte del Proyecto Articulación de Prácticas 2019 en la Comuna 1 de Medellín

 Por: Luz Marina Restrepo Uribe – Periodista

Así quedó plasmado en la Ley 2043 del 27 de julio de 2020, según la cual se reconocen las prácticas académicas como experiencia profesional o laboral a las personas que recientemente han culminado un proceso formativo o de educación técnica, tecnológica o universitaria.





La Ley 2043 del 27 de julio de 2020 tiene como propósito garantizar que la población que ha culminado recientemente sus estudios pueda ingresar de manera efectiva a ejercer su actividad laboral, contribuyendo de esta manera a la materialización de los principios y derechos del Estado Social de Derecho como son el trabajo, la dignidad humana, la seguridad social, el mínimo vital y la libertad para escoger profesión u oficio.

Se entiende por práctica laboral las actividades formativas desarrolladas por un estudiante de pregrado en cualquier programa en las modalidades de formación profesional, tecnológica o técnica profesional, en el cual aplica y desarrolla actitudes, habilidades y competencias necesarias para su desempeño laboral y que sirve como opción para culminar su proceso formativo y obtener el título, así lo contempla la Ley 2043.

Las prácticas académicas reconocidas en Colombia como experiencia profesional o laboral son: la práctica laboral en sentido estricto, la práctica que se realiza mediante contrato de aprendizaje, la judicatura, las prácticas del área de la salud por medio de la relación docencia servicio y las pasantías. 

Escenarios de práctica y extensión solidaria 

Amador Herney Rúa Arias, coordinador general de prácticas de la Universidad de Antioquia, explicó que «las prácticas académicas en la Universidad constituyen una parte fundamental en la mayoría de los programas de pregrado de nuestros estudiantes; los cuales se acercan de manera temprana a los escenarios donde en un futuro podrán desempeñarse como profesionales, esto hace que sean más sensibles a la realidad de los territorios».

«Al reconocer la práctica académica como experiencia profesional se puede fortalecer la relación entre el estudiante y el escenario de práctica, promoviendo la vinculación a la vida profesional, al tiempo que se genera mayor apropiación de las actividades que desarrolla el estudiante durante su práctica, y no menos importante, se favorece el mejoramiento de las condiciones sociales de los recién graduados y sus familias», agregó el coordinador general de prácticas.

Las prácticas académicas al estar vinculadas a una realidad externa aportan a la Extensión Universitaria porque como explicó Herney Rúa «en ellas se analizan distintas situaciones, se proponen posibles soluciones, y en muchos casos, se interviene esa realidad a través del desarrollo de propuestas, como sucede en varios pregrados como las licenciaturas, varias ingenierías y algunos pregrados del área de la salud». Con ellos van profesores de la universidad aportando conocimiento y asesoría a los escenarios de práctica, pues son ellos los que revisan las propuestas a implementarse.

En ese sentido, el coordinador Herney Rúa dijo que las propuestas que adelantan los estudiantes «son un valor agregado a la práctica académica que las convierte en un aporte significativo a las organizaciones, las comunidades y los territorios, donde ellos representan vivamente a nuestra universidad en la sociedad. Son profesionales en formación que contribuyen con nuevas maneras de leer la realidad, propiciando una conversación académica y científica entre la institución y el mundo laboral».

Las prácticas académicas en la Universidad

La Universidad de Antioquia en 2019 acompañó a 10.104 estudiantes en la realización de sus prácticas académicas en las tres áreas del conocimiento, de los cuales el 86.7% se ubicaron en el área metropolitana y el 13.3% restante en las diferentes subregiones de Antioquia. Aunque el mayor porcentaje se ubica en el área metropolitana, se cuenta con presencia en 83 municipios, donde los futuros profesionales contribuyen a leer diversos contextos y aproximarse con propuestas para mejorar la calidad de vida de las comunidades y sus organizaciones.

Un asunto que contempla la Ley 2043 es la remuneración del contrato de aprendizaje, porque como quedó evidenciado en 2019, del total de estudiantes de la UdeA (10.104) que estaban en prácticas, a 9.536 (94.3%) no les fueron remuneradas, aunque esto no impidió que las organizaciones, comunidades y escenarios de práctica se beneficiaran de los profesionales en formación y de sus asesores, quienes pusieron a su servicio el conocimiento y sus propuestas como aporte de la Universidad en extensión solidaria.

Sin embargo, como advirtió el coordinador Herney Rúa, «hay que tener en cuenta que la Ley 2043 no es una norma retroactiva, es decir, las prácticas realizadas previas a la sanción de la Ley no serán reconocidas como experiencia laboral. Además, la Universidad debe iniciar mecanismos de comunicación para que todos nuestros estudiantes conozcan este beneficio y puedan acceder a él solicitando la debida certificación por parte del escenario de práctica al finalizar las actividades».


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