A 70 años de la República Popular China



Los primeros días del mes de octubre se cumple aniversario de la proclamación de la República Popular China y este 2019 suman ya 70 años desde que el Partido Comunista Chino se impusiera como vencedor durante la guerra civil que azotó al país luego de la retirada de las tropas japonesas que habían invadido el China durante la segunda guerra mundial.

Esta fecha tan especial provocó la iniciativa del Semillero de Estudios Asiáticos de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, coordinado por el profesor Javier Eduardo Sanchez Segura, quien en compañía de los demás investigadores del semillero prepararon una jornada de ponencias transversales que permiten diseccionar estas 7 décadas de proyecto-nación socialista y verlo desde diferentes perspectivas y disciplinas.



Juan Daniel Rendón, integrante del Semillero, se encargó de esbozar un panorama actual de la relación existente entre las dos naciones desde la terminación de la segunda guerra sino-japonesa. Actualmente el PIB de China triplica al japonés y, aunque ambos son naciones que exportan productos manufacturados -entre los que destacan enormemente los productos tecnológicos-, la capacidad de exportación china es casi 3 veces superior a la japonesa (1.70 billones vs 701 millones).

La relación chino-japonesa, en términos políticos -explica Juan Daniel- es bastante neutra. Si bien existen conversaciones y acuerdos entre ellos no se logra afianzar una

amistad entre naciones. Un agravante de esto es la diferencia ideológica que existe entre China que es un país preponderantemente comunista y Japón cuyo primer ministro es Shinzō Abe, presidente del partido liberal democrático, reconoce que las relaciones sino-japonesas no deben estar basadas en emociones también a sido objeto de controversia entre otras cosas por su simpatía con el gobierno norteamericano.

En 2015 Japón renunció a la cláusula pacifista de la Constitución aprobada tras la II Guerra Mundial que le impedía a su ejército actuar fuera del territorio japonés y usar la fuerza para resolver conflictos internacionales. Partidos de oposición y gran parte de la población estuvo en desacuerdo con el parlamento, entre otras cosas, por las tensiones que podrían llegarse a generar en el Mar de China Oriental. Sin embargo, Shinzō Abe y Xi Jinping mantienen conversaciones en aras de conservar una cordialidad, pese a que Japón ve a China como una amenaza y China ve a los nipones como unos criminales de guerra que aún no admiten las atrocidades cometidas.

Sobre los trabajadores chinos y sus condiciones laborales en los últimos dos años habló Daniel Felipe Castaño. Para hablar del tema toca remitirse al programa de reformas económicas que inició en diciembre de 1978 en cabeza de Deng Xiaoping, máximo líder de la República Popular China desde este año hasta su muerte en 1997. El programa "Socialismo con características chinas", contempla 3 zonas económicas (especiales, empresas e industriales y comercio libre) ubicadas en zonas costeras del país donde vivía el 80 % de la población, mediante las cuales se pretendía aumentar la productividad.

Daniel Felipe Castaño defiende la tesis de que si bien existe un marco jurídico, una defensa de los derechos laborales, no se evidencia que el gobierno chino tenga gobernanza sobre las zonas económicas especiales, puesto que están exentos de impuestos y vigilancia, lo que los hace un escenario propicio para la explotación laboral. Lo anterior ha significado el fortalecimiento de los movimientos sindicales y la creación de un boletín laboral, que palidece ante la tiranía de las multinacionales de las zonas costeras chinas.

Los trabajadores chinos de la multinacional taiwanesa Foxconn, actualmente son sometidos a jornadas laborales de 60 horas a la semana, algo que dentro del código laboral chino está prohibido y sancionado. El año pasado, hacia el mes de noviembre, Los Estudiantes Marxistas protagonizaron unas protestas en apoyo a los trabajadores chinos bajo los ideales comunistas, el gobierno chino respondió con redadas y arrestos en Universidad de Pekín, y otros en Shanghái, Shenzhen y Cantón, así como varios en las calles de Wuhan.


Continuando la línea de la anterior exposición, Daniel Chalarca, hizo hincapié en el sindicalismo chino. La Federación Nacional de Sindicatos fue fundada en 1925 y en 1949, con el advenimiento de Mao Tse Tung la FNS fue restablecida como la única organización nacional de los trabajadores, pero fue disuelta en 1966 en el marco de la Revolución Cultural. Luego de la muerte del fundador de la República Popular China y en vista de las reformas económicas de 1978, la FNS volvió a funcionar y a tener relevancia.

La situación actual es que empezó a relativizarse el papel del sindicalismo en China debido a la visión ortodoxa de los mismos, si los sindicatos verdaderamente representan a un grupo de interés o si se trata de una suerte de corporativismo de estado en el que los sindicatos no son un actor que reivindique los derechos laborales. La misión de la FNS es defender el interés de los trabajadores y del pueblo que a veces riñe con los intereses económicos expansionistas del partido-estado que es China. La FNS no es autónoma, no está fuera del partido, puede ser ese el motivo de que la Federación Sindical Internacional no lo reconozca como un sindicato libre.

Para Daniel Chalarca hay que entender la Federación Nacional de Sindicatos de China como una organización corporativa y no como una representación de los intereses de los trabajadores. Puesto que responde satisfactoriamente a los intereses del partido, pero obvia el interés de los obreros.

El siguiente en tomar la palabra fue el profesor Hugo Pérez, para quién China ha ido desplazando el centro geopolítico a Europa y a Estados unidos, y quien defiende la tesis de que quien controla Eurasia controla el mundo. Desde el año 221 a.C. hasta entrado el siglo XX - periodo que comprende a la China Imperial- ha sido bien sabido por los dirigentes de esta nación la importancia de sus dominios sobre Eurasia, sólo hay que ir a ver sobre dónde se riega la ruta de la seda y las reservas petroleras de los países que componen esta región de transición continental.

Pérez, piensa que las tensiones generadas por la supuesta “guerra comercial” y los cambios geopolíticos que estamos presenciando, pueden llegar a afianzar las relaciones comerciales del Gigante Asiático con los países de cono sur. El crecimiento económico chino promediado es de un 10 % en los últimos años, este nivel de crecimiento lo ha posicionado como la segunda economía global, puesto que le pone enfrente diversos retos declara al contexto mundial. Estados Unidos parece ser una potencia en detrimento moral y ético, a la que ya no se ve como un sólido líder, ni una nación de libertad que busque integrar a los países de su espectro geopolítico en un sistema equitativo, un país que deja ver sus intereses hegemónicos y de subordinación, asuntos que ponen en entredicho su liderazgo mundial y hace flaquear a la economía de libre mercado.

El cierre de estas conferencias estuvo a cargo del profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas Javier Sánchez a quien le correspondió el tema de la guerra comercial entre la República Popular China y los Estados Unidos de Norteamérica. Este conflicto entre naciones, para el profesor Sánchez, no se limita únicamente al campo comercial, en él están presentes las disputas como la que hay en el ámbito tecnológico.

Otra aclaración que cabe hacer es que no es la primera vez que Estados Unidos declara una guerra comercial a otro país. Entre finales de la década de 1960 y principios de la década de 1980 declaró la guerra comercial a Japón, por las mismas fechas en que el país del sol naciente se perfilaba como una gran potencia en ascenso. Estados Unidos les elevó los aranceles y los acusó por muchos años de robar tecnología (el caso de Hitachi e IBM). Para el profesor Sánchez, este comportamiento obedece a la preocupación de que otra nación haga sombra a Estados Unidos en su afán de ser líder de la gobernanza mundial, situación que viven todos los imperios al negar la conclusión de su ciclo.

Otro factor a tener en cuenta es que esta “guerra comercial” fue declarada unilateralmente por los Estados Unidos y China únicamente ha respondido adaptándose a las medidas tomadas por su semejante geopolítico. Pero ¿a qué responde esta declaratoria? El profesor Javier piensa que obedece al decline norteamericano y el ascenso chino, proyecciones basadas en el crecimiento de país asiático dan motivos para creer que en 2025 será China la primera economía global.

La síntesis de las intervenciones hechas por Doctor en Estudios Políticos, es que lo que está en juego en esta “guerra comercial” no es simplemente unos aranceles y unas sanciones económicas, el trasfondo de este conflicto entre naciones es la supremacía mundial ¿quién va a llevar la batuta del mundo este siglo?. Esta preocupación viene creciendo desde el gobierno de Barack Obama y es la razón que explica la elección de un presidente que recoja los valores nacionalistas estadounidenses y que se desviara la mirada de medio oriente hacia la cuenca del pacífico asiático.

Para el profesor Sánchez el tema tecnológico es el que define cuál potencia se hace con el control del planeta. En su momento, el desarrollo tecnológico estuvo concentrado en Gran Bretaña, lo que permitió un crecimiento naval que se vio traducido en la exploración de los océanos y el hallazgo de nuevos escenarios en el mundo en el siglo XIX. El enorme desarrollo tecnológico estadounidense le otorgó la batuta del mundo durante el siglo XX, y fue también un tópico muy grueso de la guerra fría que protagonizó medio siglo. Pero el país que hoy por hoy se pone a la vanguardia en este tema es China.

Entre otros logros del gigante asiático está que ¾ partes del mundo se han adherido a la denominada “nueva ruta de la seda” o Puente Terrestre Euroasiático, que no es otra cosa que la ruta de transporte ferroviario para el movimiento de mercancías y de pasajeros por tierra entre los puertos del Pacífico, en el Lejano Oriente ruso y chino y los puertos marítimos en Europa. A este megaproyecto ya se han articulado 13 países latinoamericanos.

Este evento finalizó con la proyección del documental “Bajo la cúpula” de la periodista china Chai Jing, un film de 2015 que aborda el tema de la contaminación y que pertenece al denominado Movimiento Independiente de Documentalistas de la República Popular China que en palabras de la investigadora independiente y egresada de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas María Adelaida Galeano “dio un giro a la industria cinematográfica en el país, rompiendo con la línea del realismo socialista y escrutando el poder estatal y enfocando más de cerca la realidad del pueblo chino”.

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