"La violencia sexual contra las mujeres y las niñas tiene sus raíces en siglos de dominación masculina. No olvidemos que las desigualdades de género que alimentan la cultura de la violación son esencialmente una cuestión de desequilibrio de poder". — António Guterres, Secretario General de la ONU
La lucha feminista se abre paso en la agenda de las protestas latinoamericanas del momento. Los ciudadanos de países como Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia han marchado masivamente para reclamar por las deudas históricas que los gobiernos de la región tienen con su población. Así como estudiantes, indígenas y obreros han salido a las calles a reclamar por sus derechos, las mujeres también se han organizado para alzar la voz y unirse a estas manifestaciones con consignas feministas apoyadas en más de 60 años de una lucha que aún tiene un duro camino, pero que cada vez coge más fuerza.
La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo y paz, así, como el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Las promesas de Desarrollo Sostenible de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas. Los actos de violencia que tengan o puedan tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada, deben ser erradicados.
En Colombia la violencia contra la mujer arroja datos preocupantes. Según Medicina Legal, entre enero de 2018 y el 20 de febrero pasado
iban 1.080 asesinatos de mujeres, 12 más que en el mismo periodo del año 2017. En presuntos abusos sexuales, el incremento marcó el 9,5%. Los números son cada vez más rojos y se está a la espera de las cifras generales del 2019.
El más reciente informe de ONU Mujeres publicando en octubre de 2018 en Colombia, dice que, si bien el país ha desarrollado un marco sólido de leyes para avanzar en la protección de los derechos de las mujeres, “siguen existiendo desafíos para su plena aplicación”.
En el informe El progreso de las mujeres en Colombia 2018, la ONU dice que las mujeres son las más afectadas por la violencia física, pues “una de cada tres ha sido golpeada por su pareja actual o anterior, situación que aumenta entre las que cuentan con mayor edad, o menor escolaridad”.
Entre los desafíos que han tenido que sufrir las mujeres en Colombia, el reporte resalta que en el país las mujeres han sido víctimas de “desplazamiento forzado, despojo de tierras y violencia sexual en el marco del conflicto armado colombiano”, y más recientemente, más de medio millón de venezolanas (cerca de 637.000) que en el 2017 ingresaron formalmente a Colombia buscando mejores oportunidades.
También señala el informe que “existe una brecha” en la aplicación de las leyes para contrarrestar los principales delitos que afectan a las mujeres “de manera desproporcionada” y que eliminen las barreras para el acceso a la justicia. De las cinco formas de violencia contra la mujer que analizó Medicina Legal en lo que va del año, solo una de ellas, la violencia de pareja, ha bajado. Aumentaron los homicidios, los delitos sexuales, la violencia interpersonal y la intrafamiliar. Un agravante de la situación es que la impunidad es casi el factor común en este tipo de delitos.
El grupo de edad más afectado por los asesinatos es el que incluye a las jóvenes entre los 20 y los 24 años. Pero hay datos críticos. Por ejemplo, hubo 24 homicidios de niñas menores de 4 años, 8 más que en 2017. Una buena noticia es que las regiones más grandes, Bogotá, Antioquia y el Valle del Cauca, donde se presentan más asesinatos de mujeres, están descendiendo en esos registros. En contraste, hay otras, como Arauca, muy preocupantes. Allí se han triplicado estas muertes violentas.
Los datos de los dos años anteriores, sin tomar lo que va de 2019, ya mostraban un pésimo panorama. Los homicidios aumentaron de 940 del 2017 a 960. Y los otros indicadores crecieron así: 2.000 presuntos delitos sexuales más, 500 casos de violencia interpersonal y otros 500 de violencia intrafamiliar. En definitiva, hubo 122.000 casos de violencia contra la mujer.
Otras cifras indican que los mayores agresores, de lejos, son la pareja o expareja de la mujer víctima. Luego siguen los conocidos y los familiares. Las mujeres tienen a sus victimarios muy cerca. La mayoría de homicidios se ejecutan con armas de fuego. El día que más se presentan agresiones, en promedio, es el domingo, y el mes, septiembre. El informe de Medicina Legal, revelado en la víspera del día de la mujer, muestra que, pese a la visibilidad que ha ganado la lucha contra la violencia de género, el panorama no mejora. Los números son un llamado al gobierno y las autoridades para que trabajen en reversar esa tendencia. Y que el 2019 no termine siendo un peor año para las mujeres, como ya lo fue 2018.
Este panorama colombiano no es ajeno al de los países de la región, en Chile, el 20 de noviembre de este año, un colectivo de activistas feministas que se hacen llamar Las Tesis, realizaron un performance que le ha dado la vuelta al mundo.
Hace aproximadamente un año y medio Sibila Sotomayor y Daffne Valdés, del área de las artes escénicas; Paula Cometa Stange, del ámbito del diseño e historia, y Lea Cáceres, desde el diseño de vestuario, se organizaron y dieron vida al colectivo interdisciplinario de mujeres. El origen y objetivo de estas cuatro mujeres de 31 años es tomar tesis de autoras feministas y traducirlas a un formato performativo con el fin de llegar a múltiples audiencias, y lo han logrado.
Para el 25 de noviembre se conmemoró el día internacional por la prevención y erradicación de toda forma de violencias contra la mujer, el Semillero de Género y Derecho de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas invitó a la comunidad universitaria a firmar un pacto por la eliminación de las violencias contra las mujeres al interior de la Universidad. Para ello, se realizó una intervención en el bloque 14 para que hombres y mujeres se comprometan en la protección de la mujer.
“En pleno siglo XXI, la violencia contra las mujeres y niñas es una de las más extendidas violaciones a los derechos humanos en todo el mundo, hoy las personas, las instituciones y los países no pueden seguir guardando el silencio que protege a los perpetradores bajo el manto de la impunidad y, que a la vez, perpetúa la soledad, la discriminación y la estigmatización de las víctimas.
Cada día, cada momento es propicio para comprometernos con el respeto por los derechos humanos de las mujeres, especialmente a garantizarles una vida libre de violencias, un espacio Universitario libre de violencias y discriminación.”
La semana del 25 de noviembre al 2 de diciembre se pudieron observar en las paredes de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UdeA diferentes pancartas y banderas como iniciativa de protesta y reflexión frente a la violencia contra la mujer. La Semana de la No Violencia Contra la Mujer y esta intervención de los pasillos, tuvieron como objetivo sensibilizar a los diferentes estamentos de la Facultad (tanto a hombres como a mujeres) frente al tema de la violencia de género con las mujeres
El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer conmemora la vida y muerte de Patria, Minerva, y María Teresa Mirabal, hermanas dominicanas y opositoras de la Dictadura de Rafael Leónidas Trujillo asesinadas en 1960, pero ese es apenas un pretexto para celebrar el rechazo generalizado de las sociedades de distintos países alrededor del globo hacia la violencia de género.
La Asamblea General de la ONU, en 1993, definió la violencia contra la mujer como “Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada” y designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el 17 de diciembre de 1999, año a partir del cual distintos países han ido incluyéndolo en sus calendario.
La Facultad de Derecho y Ciencias de la Universidad de Antioquia rechaza categóricamente cualquier forma de violencia contra la mujer y se compromete en la protección de las mismas, aportando a la construcción de una conciencia frente a la problemática y aportando elementos que, desde la academia y el derecho, pueden ayudar a transformar el mundo en que vivimos hacia uno más seguro para las mujeres y menos violento para todos.
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