En la sede del Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñati, en el País Vasco, el profesor Gabriel Ignacio Gómez hizo parte del Workshop Procesos constituyentes en nuestra América. Diálogos, análisis y perspectivas desde la teoría jurídica crítica.
Al evento, que se realizó el 6 y el 7 de julio, asistieron también académicos de México, Cuba, Argentina y España quienes discutieron sobre la situación de los países latinoamericanos, pues el Workshop propuso reflexiones sobre el constitucionalismo latinoamericano.
La ponencia del profesor Gabriel Ignacio Gómez, titulada “Debates constitucionales sobre la construcción de paz en Colombia: una perspectiva crítica”, quiso analizar la situación frente a una posible asamblea nacional constituyente en el país desde distintas miradas y discursos.
Sobre cambiar la Constitución Política de 1991 el profesor es escéptico al argumentar que en este preciso momento no sería un escenario adecuado, ya que el país está fraccionado y existe una polarización social que no permitiría entablar el diálogo que se dio a finales de los 80, cuando se logró “promover cierto nivel de convergencia en las organizaciones sociales, movimientos de derechos humanos, movimientos de paz, organizaciones sindicales, movimientos sociales, para que hubiera un nuevo orden constitucional en un momento de percepción de crisis muy extenso, que era crisis del Estado, de la Justicia, de la democracia, del gobierno en general, siendo de esta forma que todos los movimientos convergieron en la idea de necesitar un nuevo orden constitucional y se dio el movimiento de la Séptima Papeleta, se presentaron unas condiciones de oportunidad que fue el nuevo gobierno de Gaviria, y se facilitó que hubiera una asamblea nacional constituyente muy plural porque coincidió con la desmovilización del M19”, comenta el profesor Gómez.
Para el profesor son tres los discursos que se pueden encontrar: “hay uno que ha promovido las Farc, que puede ser también cercano a la propuesta que tiene el ELN, que es como un gran diálogo nacional. El problema es que parten del supuesto de que la gente va a atender ese llamado y la cuestión es que en Colombia hay mucho escepticismo y cierto resentimiento frente a los grupos subversivos: ellos no convocan ni tienen poder político para llamar a un gran diálogo nacional. Otra versión es de organizaciones sociales e intelectuales críticos que dicen que la constitución ha sido desvirtuada, que se debe pensar mejor un proceso constituyente pero de largo plazo, pero no en este momento; y una tercera es la de la derecha y la del Centro Democrático que propone que había que refrendar el proceso de paz con una asamblea nacional constituyente que es mucho más confiable que un congreso. Entonces el argumento que yo expongo es que si este momento se precipitara una asamblea nacional constituyente terminarían ganando fuerzas de derecha que, en este momento, tienen un poder de convocatoria muy fuerte”, expresa el profesor.
En el evento se asumieron posiciones acerca de la conveniencia o no de una asamblea nacional constituyente en el escenario actual. Freddy Ordóñez, quien también hizo parte del workshop, “tenía una postura más crítica frente a la Constitución del 91, como argumentando que sería bueno repensar un organización, para recomponer el orden social y económico de Colombia, después de un escenario de tanta política neoliberal; pero la reflexión que yo hacía, -comenta Gómez-, era que este no es el momento para precipitarnos con una asamblea nacional constituyente porque hay personas muy radicales y terminamos con una constitución peor, entonces más bien hay que tratar de tejer lazos sociales y organizar debates serios, que son los que construyen en buena medida”.
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