Entre los 14 que hay en el país, el Doctorado en Derecho de la Universidad de Antioquia es el segundo ofrecido por una universidad pública —el otro lo ofrece la Universidad Nacional—.
El nuevo programa de educación avanzada tiene un enfoque interdisciplinario, pluralista en lo teórico y metodológico, y con una fuerte orientación crítica. “No solamente está constituido en una perspectiva dogmática, disciplinaria, dedicada a estudiar los meta relatos y las teorías sobre las estructuras normativas existentes, sino que desde el principio quisimos que fuera un espacio de nos permitiera dialogar con las ciencias sociales y las comunidades, es decir con un enfoque multidisciplinario establece un diálogo entre las reflexiones sobre el derecho y la realidad social”, señala Gabriel Ignacio Sánchez coordinador del doctorado.
Se pretende formar un grupo de investigadores con un perfil “muy abierto intelectualmente, capaz de comprender la complejidad de la sociedad, establecer diálogos con humanidades y ciencias sociales, problematizar un conocimiento del derecho, tomar distancia y moverse tanto dentro del derecho como fuera de él. Un profesional con una enorme sensibilidad social y capacidad crítica para analizar ese campo jurídico y proponer respuestas”, continúa el profesor Gabriel Ignacio.
Para Carlos Zárate, profesor de la Universidad Nacional – Sede Medellín y estudiante del doctorado, este programa tiene “algo muy apasionante que nos convoca no solamente a los abogados sino también a los profesionales de la Ciencia Política, y es que permite abordar las discusiones del derecho desde el derecho mismo y otras disciplinas, es decir la posibilidad de abordar discusiones recientes e investigaciones actualizadas de los sistemas jurídicos que implican la convergencia del conocimiento”.
La conferencia inaugural, realizada el 17 de agosto en el Auditorio Horacio Montoya Gil (10-222), estuvo a cargo de la profesora invitada María José Fariñas Dulce, docente investigadora de la Universidad Carlos III de Madrid, quien abordó el tema “Nuevos escenarios jurídicos: entre la regulación y la (des)regulación”, con la cual se inició la discusión sobre la transformación del derecho en la sociedad contemporánea.
Y es que el programa académico a diferencia de otros doctorados no se inicia con el proyecto de investigación sino que se van a tener cuatro seminarios de fundamentación teórica que promueven el diálogo con ciencias sociales y hacen parte del primer año de formación.
Posteriormente se realiza la preparación de la candidatura, y en los dos últimos años se desarrolla la investigación, durante los cuales el estudiante tiene que hacer además una pasantía de seis meses en una universidad o centro de investigación; que permita estar en diálogo con esa comunidad internacional. Para el estudiante del doctorado Carlos Zárate, el hecho de que el programa tenga planificado estas posibilidades de pasantías “lo pone como un doctorado de primer nivel y pone la posibilidad de confrontarse con otras teorías del conocimiento internacional”.
Y es que desde sus inicios, uno de los intereses que se ha tenido con el doctorado es la pertinencia social y cómo el derecho va a interactuar con el contexto local. “Que le permita a los investigadores hacer investigación sobre lo que nosotros somos, de dónde venimos, sobre nuestros contextos, sobre las posibilidades que tiene el derecho para cambiar la realidad social”, agrega Gabriel Ignacio. En este sentido, es importante estudiar las teorías de Europa y Estados Unidos, y generar una comunicación con la academia internacional, tomando esto como base para estudiar el campo jurídico de América Latina y Colombia, con el fin de entender y promover los contextos locales.
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