Más de cuatro millones de mujeres han sido víctimas del conflicto colombiano, la falta de acceso a la tierra es su reto principal.
En Colombia el flagelo de la guerra atraviesa su historia. Son más de 8.785.000 los colombianos que son considerados víctimas del conflicto armado en el cual están involucrados la nación, las guerrillas y los grupos paramilitares. Desplazamientos, homicidios, amenazas y pérdida de bienes son las principales consecuencias en donde la población ha sido directamente involucrada. Por ello, son las víctimas quienes deben estar en el centro de la implementación los Acuerdos de Paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC-EP.
Según el Registro Único de Víctimas, cerca del 50% de afectados son mujeres y resulta necesario plantearse alternativas o estrategias con enfoque de género en la reparación y restauración de las mismas, puesto que existen causales de victimización que las afectan directamente como los feminicidios, las amenazas y las desapariciones forzosas.
El pasado 4 de marzo se realizó el evento Acuerdos de Paz desde el Enfoque de Equidad y Género en el auditorio 10-222 de la Facultad de la Derecho y Ciencias políticas de la UdeA. Allí se socializaron las medidas que se han venido implementando en el marco del posconflicto, como lo son la Jurisdicción Especial para la paz, la Unidad de Búsqueda y la Comisión de la Verdad, con las mujeres como centro de la discusión.
El coordinador de la Comisión de la Verdad en Antioquía y el eje cafetero, Max Yury Gil, quien estuvo presente en el encuentro, manifestó que desde la Comisión vienen realizando un proceso de pedagogía y alfabetización de la sociedad colombiana sobre la implementación de los acuerdos y el trabajo que realiza el sistema de Justicia Verdad y Reparación. Dentro de los retos manifiesta que hay que ser capaces de generar una mirada realmente diferencial sobre lo que ha pasado con ellas, sobre los impactos de la guerra y las resistencias que se han presentado desde las organizaciones de mujeres.
El Enfoque de Género en estos acuerdos de paz se presenta como un referente en la escala internacional que puede contribuir a transformar, a partir de éste, los procesos de paz que puedan aparecer en el futuro en todo el mundo. Desde antes de empezar las negociaciones los movimientos de mujeres desplazadas, campesinas, feministas, entre otros, han trabajado activamente en la construcción de paz, lo cual contribuyó a incorporar este enfoque en los acuerdos de forma transversal.
Para estas mujeres el camino no fue fácil, la incorporación de la perspectiva de genero, provocó intensos debates en los que se refleja que las transiciones necesarias para la sostenibilidad de la paz, más allá de la tregua entre las partes negociadoras, está en el cambio de imaginarios que la sociedad civil debe realizar para superar los arraigados patrones culturales y valores discriminatorios que impiden el avance de la sociedad colombiana.
Otro de los enfoques propuestos para el evento fue la equidad, sobre todo, desde la perspectiva de la repartición de la tierra y el papel de la mujer. El profesor Derzu Pérez, -también ponente- expresó que el principal motivo por el cual las mujeres aún no tienen un papel determinante en el acceso a la tierra
recae en la falta de voluntad política, puesto que los mecanismos normativos para este acceso ya existen y no se trata solamente de un simple reparto. Pérez considera que si se quiere generar un cambio real hay que ir más allá en materia de asistencia técnica, maquinaria agrícola e infraestructura vial, todo en el marco de una nueva reforma agraria.
Tanto Gil como Pérez coinciden en que la creación de estos espacios son necesarios en la academia para fomentar el debate y el pensamiento crítico, sobre todo si estos espacios generan un impacto tangible en la sociedad.
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